Sobre la Segunda República
La República simbolizó por su carácter reformista y su intento de mejora de la situación de las clases populares el periodo de mayor progreso político de la historia de España. Las reformas más conocidas son la agraria, que pretendía repartir de manera más justa la tierra y otorgarle a los campesinos y jornaleros la posibilidad de tener sus propias explotaciones agrarias -recordemos el lema «¡La tierra es de quién la trabaja!»- paliando así las duras condiciones de los jornaleros y del pequeño campesinado que veían como sus esfuerzos hacían constantemente ampliar el abismo entre los grandes terratenientes poseedores de las tierras y los campesinos sumidos cada vez más en una situación de pobreza. La reforma del ejército, por parte del Ministro y futuro Presidente del gobierno y de la República Manuel Azaña, intentó modernizar y reorganizar el ejercito español que tenía grandes deficiencias con una estructura macro-encefálica y muy acostumbrada a inmiscuirse en la vida política del país aliándose con las clases más altas y la iglesia. La reforma educativa por la que se promovió la alfabetización de la población y de la juventud que se encontraba en un alarmante tasa del 32% de analfabetismo en 1930² (siendo especialmente grave la situación de las mujeres). La reforma religiosa por la que España pasó a ser un estado laico y por la que se vetó la capacidad de dar clase a instituciones religiosas lo cual generó una educación de carácter anticlerical lo cual sería motivo de división social también entre los obreros, aquellos cerradamente católicos abrazarían muchas veces el fascismo o las posiciones mas autoritarias de la derecha como búsqueda de defender su identidad religiosa ante las torpes actuaciones del gobierno que no supieron frenar los ataques a iglesias y conventos.
Estos no son más que pequeños esbozos de los que el lector puede buscar más información a lo largo y ancho de Internet donde se encontrará gran cantidad de datos, estadísticas y profundización en la política de la república. Posiblemente por todos estos intentos de cambio nunca vistos hasta entonces en España está tan arraigada la idea de que es un periodo del que hay que seguir el ejemplo pero eso no es mas que una muestra de nostalgia romántica hacia un pasado que normalmente sirve como chivo expiatorio a la realidad material que nos rodea. Cualquiera ha leído a los principales partidos «representantes de la izquierda» hablar del antifascismo que se mostró durante la Segunda República después de la sublevación, cuando Madrid fue el centro mundial de la lucha por la libertad; sin embargo pocos o ninguno de ellos se paran a analizar la realidad que les rodea y darse cuenta del auge de plataformas de extrema derecha en España y menos aún se puede ver a estos partidos buscar un verdadero trabajo por cambiar la realidad existente, todos se limitan al recuerdo del pasado donde la clase obrera era fuerte, consciente y estaba dispuesta a pelear contra la opresión. Al igual que la República, la URSS , la Revolución Cubana etc. quedan como recuerdos de un pasado de lucha obrera que está lejos de recuperarse.
La «izquierda» ha mitificado completamente este periodo republicano haciendo que en España solo se mire hacia atrás cuando ese no es el camino correcto, se ha de avanzar, se ha de mirar al futuro y buscar el cambio en el futuro dejando el pasado en su sitio y aprendiendo de los múltiples errores cometidos en la República tanto antes como durante la guerra. Se debería de dejar esa mirada al pasado a nivel político y empezara construir proyectos de futuro adaptados a las nuevas circunstancias del presenta. Si bien la derecha mira demasiado poco para el pasado y ha avanzado olvidándose de cerrar ciertas heridas del pasado con el completo rechazo por parte de todos los partidos al franquismo, la izquierda se ha quedado estancada en un tiempo pasado que ya no va a volver y que se ha idealizado hasta límites de olvidar tanto sus errores como sus aciertos, puesto que la extrema idealización de algo nos hace olvidarnos de los logros que realmente consiguió atribuyéndole un perfección inexistente.
La búsqueda de la famosa III República que tanto se pregona, no es más que la muestra de esta nostalgia hacía un periodo de mejoras y de cambios políticos, sí; pero no de ruptura con las verdaderas cadenas del hombre: El capitalismo.
También hay que recordar siempre a todos aquellos que lucharon por defender una España libre y que en sus mentes proyectaron la idea de una revolución social que cambiase la explotación que el sistema capitalista impone sobre el trabajador. Fueron muchos los que cayeron en los campos y ciudades de España luchando contra el fascismo y librando una guerra que se sabía perdida ya mucho antes de 1939. Hay que aprender e impregnarse del espíritu de aquellos que lo dejaron todo ya no solo por la clase obrera de su país, si no del espíritu de las Brigadas Internacionales que dejaron sus vidas atrás por venir a un país que no era el suyo a luchar por la libertad de la clase obrera de todo el mundo en una de las mayores muestras de conciencia de clase más allá de toda frontera humana y de internacionalismo proletario.
Hemos de coger ese espíritu de lucha por un cambio y aplicarlo a las circunstancias materiales del presente buscar la unión de los trabajadores y ajustarse a la lucha de clases del presente para poder llegar a un futuro mejor, donde se acabe la explotación del hombre por el hombre.
La historia nos enseña de donde venimos, pero somos nosotros los que marcamos a donde vamos.
Ikaro Ilich.
Referencias
(1931, abril 17). ABC. Recuperado de http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1931/04/17/003.html
Notas a pie de página
² Recuperado 20 de julio de 2018, de http://www.museopedagogicodearagon.com/educacion_ii_republica.php
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