Sobre el Discurso del Método

Portada de la primera edición del libro. De Wikimedia Commons

Introduccion

En el siglo XVII la filosofía empezó a cambiar su forma de entender las ciencias y su método de estudio gracias a filósofos como el que vamos a tratar en este post, René Descartes.
Descartes fue un filósofo y físico francés que nació el 31 de marzo de 1596 en La Haya, aldea de la Turena. Su infancia está caracterizada sobre todo por la influencia de la doctrina Aristotélica en el colegio al que fue, La Flèche, de la cual no conseguirá desprenderse del todo por mucho que lo intente. Al salir del colegio pasa a la Universidad y se gradúa en Derecho en la Universidad de Politiers en 1616, y al terminar comienzan sus viajes por Europa. En primer lugar viaja a los Países Bajos y se alista en el ejército de Mauricio Nassau, un año después deja este último y pasa al ejército de Maximiliano de Baviera en Alemania. Durante su estancia en Alemania, se topó con un pueblo llamado Neuburg, aquí es donde aprovechara para reflexionar sobre algunos problemas de geometría, que a su vez le llevara a la necesidad de establecer un método para llegar a la verdad por medio de la razón. Más tarde, desde 1619 a 1628 viajará por Europa de nuevo hasta que llegue a Holanda donde permanecerá 20 años de su vida. Aquí escribió sus libros principales, El Tratado de la Luz, Meditaciones Metafísicas, y La dióptrica, los meteoros y la geometría estos tres últimos ensayos iban precedidos por su libro más importante en el ámbito filosófico El discurso del método. Pasados los 20 años se va a vivir a París, Francia y en 1650 la Reina Cristina de Suecia solicita sus servicios los cuales Descartes acepta con una serie de garantías. Ese mismo año el 11 de Febrero de 1650 muere el filósofo Francés en Estocolmo, Suecia.
Una vez puestos al día en contexto histórico vamos a pasar a enunciar lo que realmente se quiere analizar en el post, que es el método que desarrolla Descartes y sus consecuencias en la filosofía del mismo.

El Método

Para comenzar su análisis sobre la verdad y el conocimiento Descartes establece unas reglas a seguir:

·         En la primera se enuncia que no se debe admitir en ningún momento cualquier cosa como verdadera a menos que tengamos alguna evidencia de que lo es..
·         En la segunda se enuncia que se deben hacer tantas particiones del problema que se esta examinando como sean posibles para así poder llegar a la solución con menos dificultades.
·         La tercera consiste en ordenar los pensamientos y los razonamientos de más sencillos a más complejos de manera que este sea progresivo y más preciso en tanto que nos acercamos a la solución del problema.
·         Por último, la cuarta  nos dice que debemos ir revisando todos y cada uno de los pasos que realizamos para estar seguros de que el razonamiento tiene evidencias y por lo tanto es cierto. De esta manera evitamos precipitarnos en nuestras argumentaciones.

Primer Desarrollo

Una vez se tienen las reglas Descartes comienza el estudio siguiendo el método. Empieza por poner en práctica lo que conocemos en si como el escepticismo, es decir, pone en duda todo aquello que cree saber, para comprobar las evidencias que se tiene sobre "la realidad". Este procedimiento en terminología de la filosofía cartesiana es lo que llamamos  «La duda metódica».

De lo primero que duda el filósofo es de sus propios sentidos y se pregunta:

¿no me ha sucedido, acaso, haber soñado de noche que estaba en este mismo sitio, vestido y haciendo lo que ahora me parece que hago, cuando en realidad estaba desnudo y metido en la cama? Bien podría ser que ahora también esté soñando, pues no hay indicios ciertos para distinguir el sueño de la vigilia.» (Risieri Frondizi, 2017, p. 26).

Lo que nos quiere decir es que hasta que punto sabemos que la vigilia no es un sueño y viceversa, no podemos estar seguro de ello por tanto se puede poner en duda ya que no tenemos evidencias. Y si este no parece un ejemplo válido tenemos otros muchos por ejemplo, ¿cómo sabemos que todas las personas vemos lo mismo y no cosas diferentes aunque las llamemos de la misma manera?, tampoco podemos estar seguros de ello, con lo cual también debemos ponerlo en duda al no tener evidencias posibles. Esta manera de analizar tiene consecuencias incluso en las ciencias que estudiamos como la física, la medicina, etc… estudian fenómenos y cosas que son inciertas al igual que las ciencias especulativas, pero en cambio ciencias como la aritmética o la geometría estudian las formas en la que nosotros pensamos las cosas. Por ejemplo, un triángulo va a tener tres vértices, aunque los veamos de una manera u de otra, siempre se va a cumplir eso también con el resto de figuras geométricas, por tanto estas ciencias si que podemos decir que son indudables. Aunque aun así ha habido muchos momentos en la historia en el que se han establecido unos conceptos que más tarde nos hemos dado cuenta que no eran ciertos por lo que estas ciencias son son parcialmente ciertas para Descartes. De lo único que nos queda dudar es de nuestra propia existencia,  de ello tampoco podemos estar seguros, no podemos saber si realmente existimos físicamente o si en realidad todo esto es un engaño de un «genio maligno» al que nosotros podemos imaginar pero no podemos aspirar a estudiarlo, una analogía de dios pero en vez de ser bondadoso es malo y astuto con nosotros.
Pero entonces ¿de qué podemos estar seguros?,  Descartes llega a la conclusión de que hay únicamente una cosa de la que si podemos estar seguros y es de la capacidad de pensamiento y razonamiento. Puede que no tengamos un cuerpo físico, que simplemente seamos una sustancia etérea, o como diría el propio autor, sólo fuésemos nuestro «alma», pero por lo menos podemos estar seguro de que pensamos y razonamos y por ende existimos aunque esto no conlleve que tengamos un cuerpo. De este último razonamiento viene la frase de «Pienso, luego soy». Esta conclusión a la que llega va a ser el fundamento de lo que será el idealismo que surge en la edad moderna, pues estamos asumiendo que lo primigenio es lo etéreo no lo físico ya que no tenemos indicios o evidencias de la existencia de nuestro cuerpo, pero si las tenemos de que existe el «alma» de cada uno. Y aunque más adelante en el post veremos su crítica al método escolástico de estudio en esta deducción vemos el parecido que tiene con San Agustín: «Si me engaño, existo. El que no existe no puede engañarse, luego yo existo si me engaño» (426, libro XI, cap. 26). En los filósofos antiguos la enunciación de esta verdad no cobraba tanto sentido como el que cobra con Descartes porque este a diferencia de los filósofos antiguos sigue un método riguroso mencionado anteriormente, también conocido como método cartesiano.

Segundo Desarrollo

Una vez hecha esta argumentación el autor extrae otra regla que va a usar en sus sucesivos pasos de demostrar la existencia de dios y el mundo: «Las cosas que concebimos muy clara y distintivamente son todas verdaderas» (Risieri Frondizi, 2017, p. 31).

Aquí tenemos dos conceptos de la filosofía de Descartes, la claridad y la distinción. Los contrarios de estos dos conceptos son respectivamente la oscuridad y la confusión. Si cogemos las definiciones exactas de cada concepto Descartes nos dice que:
Entiende por claro aquello «presente  y manifiesto a un espíritu atento» (Ídem).
Entiende por distinto «aquello que es tan preciso y tan diferente de todo lo demás que solo comprende lo que manifiestamente aparece al que lo considera como es debido». (Ídem)
Dicho con otras palabras y con un ejemplo, algo claro es aquello que conocemos con certeza porque tenemos al menos una evidencia, algo distinto es aquello que como dice la palabra distinguimos de lo demás. Por ejemplo, «claro» es si vemos un libro en una mesa, tenemos evidencias de que el libro está en la mesa, y «distinto» si oímos el sonido conjunto de una orquesta y distinguimos el timbre de un instrumento en concreto que estamos pensando.

Ahora Descartes pasa a elaborar la demostración de la existencia de Dios y para ello va a hacer una distinción en los pensamientos. Algunos pensamientos podemos verlos como imágenes de las cosas por ejemplo un hombre, una quimera o dios, a estos pensamientos el autor los va a llamar «ideas». También existen las voliciones o juicios, que son el otro grupo de pensamientos. A continuación nos dice que hay una serie de ideas que parecen ser innatas a nosotros, es decir, que han nacido ya dentro de nuestro pensamiento. También hay ideas que proceden del entorno llamadas adventicias, y hay otras llamadas ficticias que provienen de nuestra imaginación como una sirena o un centauro.
Bajo la «idea» de Dios, Descartes entiende una sustancia infinita, eterna, inmutable, independiente, omnisciente y omnipotente. Bien pues su razonamiento es el siguiente:

¿cómo puedo yo, que soy un ser finito, haber producido la idea de un ser infinito si lo más no puede derivarse de lo menos? Es necesario concluir, por lo tanto, que Dios existe, pues sólo una Sustancia verdaderamente infinita puede ser la causa de la idea de un Ser infinito que encuentro en mí. (Risieri Frondizi, 2017, p. 34)

También hace Descartes un segundo razonamiento para probar que Dios existe:

No hay duda de que yo existo. Pero si no debo mi existencia a Dios tengo que deberla a:

·         A mí mismo: Si yo fuese la causa de mi mismo entonces yo me hubiese hecho a mi mismo perfecto de manera que podría parecerme a Dios o ser incluso él cosa que no puede ser.

·         A haber existido siempre: Si dividiésemos el tiempo de nuestras vidas en infinitesimales partes entonces yo tendría de alguna manera que crearme en el presente al igual que lo hice en el pasado y lo haré en el futuro de forma que nos conservásemos pero como bien podemos observar el tiempo no nos permite hacer eso y con su paso envejecemos hasta que nuestro cuerpo fallece y nuestro alma desaparece para nosotros aparentemente.

·         A una causa menos perfecta que Dios: Esto tampoco puede ser porque aunque nuestros padres nos creen de forma física, no generan nuestro «alma». Además nuestros padres nos crean a nosotros pero si aplicamos el fenómeno causa efecto entramos en un bucle que nos lleva hasta el origen de os tiempos. En ese momento llegaríamos a la conclusión de que la única causa que es causa de su misma existencia es Dios y por ende yo soy causa desde un principio de un ser infinito (aquí podemos ver además la influencia Aristotélica de un primer motor).

      Una vez ha demostrado Descartes la existencia de Dios al autor no le resulta difícil demostrar la existencia de las cosas materiales. Desde un principio hemos dicho que dudamos de la veracidad de cualquiera de las cosas que podemos observar pero al ser Dios la primera de las causas y el que me porta todas las ideas, Dios no puede ser capaz de engañarme de tal manera que podemos tener certeza de que las cosas materiales existen.

Crítica a la filosofía antigua

Lo último que quiero enunciar de Descartes y del Discurso del método es la crítica que hace al método que seguía la filosofía antigua. Una de las cosas que caracteriza la filosofía al comienzo de la Edad Moderna es la caída de un sistema de ideas y creencias como era la filosofía escolástica. Descartes les criticaba porque sus estudios estaban caracterizados por el uso de silogismos. El silogismo es una forma de razonamiento deductivo, consta de dos premisas, una verdad general o premisa mayor y una premisa menor. Este método de razonamiento es muy criticado por Bacon y Descartes, ya que si la premisa mayor es errónea entonces todo el desarrollo que le sigue está mal por eso Descartes se siente en la necesidad de desarrollar un nuevo método que tenga en cuenta siempre el objetivo de tener evidencias en cuanto a cada paso que damos en la resolución de nuestros problemas.

Conclusión

Una vez terminamos de leer el post estamos preparados para criticarlo desde el materialismo dialéctico y para también aprender de ciertas cosas que aplica Descartes en el método que son importantes para que no caigamos en el error de dar cosas por hecho o creernos cualquier argumento incierto que nos cuenten.


~Red Maxwell

Referencias

Agustín, S. (426). La ciudad de Dios.
Descartes, R. (2017). Discurso del método. Alianza.
Frondizi, R. (2017). Estudio preliminar. En Discurso del método. Alianza

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